Mañanita de domingo lluviosa... perfecta para el plan que tengo!! ver el partido de tenis de la final del open de australia. Impresionantes los dos chavalitos (y digo lo de chavales a boca llena, después de ver en sus respectivas páginas de facebook que sus años de nacimiento no tienen un 7 donde lo tiene el mío! jovenzuelos...). Me ha gustado tanto el partido, que lo tengo de sonido ambiente ahora, en la repetición de Cuatro, una pasada...
Además, he llorado!! Quienes me conozcan bien, saben que eso no tiene ningún mérito, porque tengo esos genes emotivos de mi padre bien incrustados en los lacrimales, pero bueno, el asunto es que me ha hecho llorar el suizo ese que dicen que es frío como un témpano! pues ha tirado su reputación, ganada a pulso en sus años de carrera, sorbiendo moco como un loco, el probe, y sin poder dar el discurso final. Qué lastimica, hijo! que a Nadal le ha faltao poco pa darle la copa: ea, no llores tú, campeón! Fíjate... si yo ni siquiera salgo en el anuncio de Gillete!!
Una se alegra de ser tan deportista en días como estos... somos una raza aparte los atletas, qué queréis!
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