Llovió?

Lo pregunto porque estoy a punto de perder mi fe en Conchín Fernández (la mujer del tiempo de la cadena que, haciendo honor a su nombre, se ve a TODAS HORAS en mi casa).
Resulta que Conchín dijo que iba a llover el domingo. Lo dijo!!! y yo puse en marcha el dispositivo de alerta naranja para que no se me mojen los cachivaches, es decir:
1. Eché el toldo de la terraza para que los cristales aguanten un poquito más y no haya que adelantar la limpieza bianual.
2. Busqué como loca por la casa un plástico grande (de esos que hay en todas las casas decentes para estas ocasiones, pero que debe ser que la mía no ha alcanzado el grado de decencia adecuado) y al final me apañé con unas bolsas de basura para cubrir la nueva bici estática, reciente adquisición de un ex fumador en potencia que tengo en casa, y que ha decidido que para dejar de fumar, tiene que comprobar antes, vía bicicleta de carrefour, que se asfixia muchísimo (cada uno se motiva como puede, oiga)
3. Quité toda la ropa del tendedero, y la bajé al garaje, a tenderla allí, para que se terminara de secar, y de camino se impregnara de ese inconfundible olorcillo a tubo de escape.
4. Saqué las macetas al aire, que el agua de la lluvia, quién no lo sabe!, es güenísima para las plantas, y yo, con mi complejo de asesina de seres vivos verdes, no iba a dejar de aprovechar la oportunidad de ser una buena madre con mis recién adquiridas plantitas.
En fin, se cumplieron los plazos, puntualmente y sin errores, y me fui yo a la calle toda contenta de lo controlado que lo tenía todo y... no cayó ni una gotita en mi barrio!!!! Conchín!!! Por qué me has abandonado?!!
Se me quedó la misma carita y la misma sensación esa que te embargaba después de bajar a todo correr las escaleras del instituto, porque unos terroristas querían volar precisamente el tuyo, para enterarte luego de que todo había sido un simulacro de evacuación.
Ayns, si es que no gana uno para decepciones en esta vida!!!