Otra perspectiva

Bueno, ya está bien... los que me conozcan se imaginarán lo que llevo llorado, que yo en esas cuestiones no me privo, así que he tenido la suerte de que ayer me invitaran a una celebración preciosa que me ha hecho pensar en que llorando, no hago justicia a la memoria de la pequeña Elisée, ni a la de nadie que ya no esté con nosotros.
Ayer, recordando a otra persona que nos dejó hace ya 5 años (sí, cinco años! todos estábamos alucinados de cómo pasa el tiempo...), una de sus amigas dijo que quería recuperar la alegría de su memoria. Qué bonito, no? Porque seguro que a ninguno nos gustaría que nuestro paso por este mundo fuera recordado sólo por lo que nos llevamos con nosotros al partir. Yo preferiría ser recordada por las cosas buenas que dejé aquí, que de todos hay una huella que permanece, como decían ayer, en todas las personas que nos conocieron.
Si Elisée no hubiera pasado aquí los últimos 3 meses de su vida, no tendría hoy aquí el testimonio de su existencia, de su timidez y de su sonrisa, de lo que le gustaba echarle kilos de pimienta negra a lo poquito que accedía a comer, de lo bien que lo pasó en su último cumpleaños viendo por primera vez trucos de magia, y de tan cerca! Esa cara no hay quien la borre ya, porque aquí estamos los que allí estuvimos para contarlo.
Así que ya no lloro. Son testigos todos los que me vieron ayer aguantar como una campeona ante poemas preciosos, duros, y llenos de preguntas, fotos de toda una vida y cartas que reconcilian. Estoy hecha un tío! :)